Falso paraiso...

Doce euros ofrecen a las personas que deciden desde su miseria en Etiopia o Somalia, emprender un viaje que les lleve al paraíso que sueñan. Organizaciones recorren aldeas, pueblos para concienciar a todos aquellos que quieren hacer el viaje en patera para que desistan, pero como podemos entender nosotros desde aquí lo que sienten, esperan o desean ellos. Como podemos entender a lo que les someten las mafias en esos viajes donde les hacinan, les chantajean, les agreden física y verbalmente, y encima les cobran para el “crucero”. Como podemos comprender que les lleva a pesar de todo a emprender el viaje, como podemos explicar algo de todo esto, ¿Cómo? eso me pregunto todos los días, como vamos a poner fronteras al hambre, a la miseria, a los sueños.
Porque no perseguir duramente a las mafias. Son tantas preguntas y todas sin respuestas compasivas.
Desde mi sillón cómodamente intento pensar como seria ese viaje, y por mucha imaginación que tenga soy incapaz. Desde nuestro paraíso intentamos hacerles comprender que no es oro todo lo que reluce pero porque no queremos nosotros vivir allí, esa es la pregunta que nos deberíamos hacer y la respuesta es la que nos explica porque quieren ellos venir.
Los viajes en patera no son un problema de emigración ilegal o económico, son un problema de humanidad, de injusticia y de trafico humano, todos somos consentidores de que esas mafias saquen provecho de su miseria y deseos, cuando entenderemos que cualquier persona que habita este mundo tiene los mismos derechos pero lo único que nos diferencia es donde hemos nacido.
Demagogia, discurso fácil, o lo que queráis decir, pero algo tendremos que hacer para que esto pare. Para lo bueno y lo malo somos un mundo globalizado y las consecuencias de la deshumanización todos las sufriremos.

“Los dones que provienen de la justicia son superiores a los que se originan en la caridad." Khalil Gibrán