jueves, 7 de abril de 2011

La voluntad.

Muchas veces comenzamos aventuras que no sabemos a donde nos llevan, pero en esta ocasión el puerto de mi aventura bloguera ha sido conocer a gente que me dan algo de ellos mismos aunque no les conozca fisicamente, nos conectamos virtualmente, y si algo caracteriza a muchos es su voluntad de que algo cambie, cada cual a su manera, de su forma, pero todas te aportan algo que te ayuda a crecer. Gracias a todos por ese trozito que me dais aportando algo diferente en esto que llamamos vida.
Este cuento se lo dedico a Hawai, porque a su lado he comprendido que aunque la realidad sea desastrosa, aunque los politicos que tenemos unos sinverguenzas, aunque los ciudadanos unos borregos dormidos, el no ceja en su empeño de que despertemos a otra realidad. Para tí que no decaigas en tu empeño que te lo mereces.

LAS RANITAS EN LA CREMA.
Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de crema.
Inmediatamente sintieron que se hundían; era imposible nadar o flotar mucho tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio, las dos patalearon en la crema para llegar al borde del recipiente pero era inútil, sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sintieron que cada vez era más difícil salir a la superficie a respirar.

Una de ellas dijo en voz alta:
— "No puedo más. Es imposible salir de aquí, esta materia no es para nadar. Ya que voy a morir, no veo para qué prolongar este dolor. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril."

Y dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco.

La otra rana, más persistente o quizás más tozuda, se dijo:
— "¡No hay caso! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo ya que la muerte me llega, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quisiera morir un segundo antes de que llegue mi hora."

Y siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar un centímetro. ¡Horas y horas!.

Y de pronto... de tanto patalear y agitar, agitar y patalear, la crema, se transformó en manteca.

La rana sorprendida dio un salto y patinando llegó hasta el borde del pote.

Desde allí, sólo le quedaba ir croando alegremente de regreso a casa.

Jorge Bucay
Del libro "Recuentos para Demián"

12 comentarios:

  1. ¡ GRACIAS AMIGA POR EL REGALO !
    SOLO TIENES QUE DECIRME DONDE Y CUANDO Y NOS CONOCEMOS ! ADEMAS TU Y YO LO TENEMOS RELATIVAMENTE FACIL SOMOS DE LA MISMA CIUDAD
    y no se si quiero ser la ranita de la manteca , o la que se sumerge , algunas veces ves que todo esto es una pared muy alta , y que cada dia es mas alta y siempre saltas para salir al otro lado , pero el foso del otro lado vuelve a ser de crema
    un abrazo amiga

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  2. De nada, creo que tú siempre serías la ranita de la manteca, aunque en ocasiones quieras sumergirte y dejar de patalear, luchar te caracteriza, pero a veces abandonarnos a la deriva también ayuda a recomponernos.
    Bueno sobre conocernos propón tú sueles estar más ocupado, yo estoy más ociosa.
    Un abrazo amigo.

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  3. Saludos a los dos. Al bueno de Jorge Bucay se le olvida un pequeño detalle: para convertir en manteca la crema, necesitas cada vez más fuerza y es de lógica pensar que la rana estará cada vez más cansada, lo cual quiere decir que su tarea es practicamente imposible, si además le añadimos que lo que utiliza como palas, son sus propias patas y que la solidificación no se produce de golpe, tendremos como resultado que: la primera rana se muere ahogada y la segunda se muere con medio cuerpo fuera por extenuación. Por lo tanto el destino de las dos ranas es el mismo, con la única diferencia que la muerte de la primera ha sido en vano, mientras que la muerte de la segunda servirá para que si otra incauta rana cae en el recipiente al menos no se hunda y pueda salir inmediatamente de la trampa. Como conclusión he de decir que la actitud de la segunda rana aún no sirviendo para salvarle la vida, es la correcta.
    Un fuerte abrazo a los dos.

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  4. Hola Berto, me alegra saber de tí, ¿qué tal estás?, buena reflexión, es lo que tiene los cuentos los interpretas libremente, pero muy acertada la tuya.
    Un abrazo muy muy fuerte.

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  5. Ciertamente la voluntad es un motor importante en nuestras vidas, sin ella dificilmente superariamos muchos obtaculos, pero tampoco solo con ella podemos.
    Un abrazo.

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  6. Esto me recuerda al experimento "científico" que consiste en poner dos ratas dentro de un balde con agua y esperar a que una se ahogue. Entonces salvan a la otra rata, exhausta, la cuidan, la miman, la fortalecen, y cuando ya está feliz, la cogen y la ponen en el balde con agua. Ahora, esperando la mano salvadora, la rata aguantará hasta 10 veces más antes de ahogarse.
    Personalmente el experimento me parece repugnante, tanto como si se hiciera con humanos, pero la imagen es una rendija de luz hacia el funcionamiento de una realidad cotidiana.

    b3s

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  7. Pues entonces es esto lo que nos está pasando Jinquer, que estamos esperando a que nos vuelvan a salvar. Pero nos olvidamos que los unicos que nos podemos salvar somos nosotros mismos, con nuestra resistencia y voluntad.
    Un besote.

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  8. Hola Autoconocimiento. En respuesta a tu pregunta me encuentro bien, la recuperación va más lenta de lo que esperaba y el cirujano me dice que dentro de dos meses podré hacer vida normal. Yo le pregunto podré volver a hacer kickboxing y me responde noooo. Podré desempeñar mi trabajo plenamente y me responde bueno no. Entonces yo me digo: hasta ahora mi vida era anormal. Osea que tengo mucha suerte ja ja ja.
    No en serio soy muy afortunado y sólo tengo que cambiar unos cuantos hábitos por otros, y mi vida será plena y normal.
    Un fuerta abrazo amiga

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  9. Me alegra muchìsimo Berto, supongo que es cuestion de adaptaciòn, pero cuando ocurren estas cosas tu forma de ver la vida cambia,y tambièn tus prioridades.
    Un muy muy fuerte abrazo amigo.

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  10. Te noto mejor,mas alta de moral Autoconocimiento, habeces trabajar en un hospital puede afectar mas de lo que nos creemos
    un besote

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  11. Bueno navegante, supongo que cualquier trabajo nos afecta, pero en un hospital ciculan muchas energias, y no siempre tenemos la mismas ganas.
    Otro besote.

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