Axis mundi o 'eje del mundo' es un símbolo ubicuo presente en
numerosas culturas. La idea expresa un punto de conexión entre el cielo y la
tierra en el que convergen todos los rumbos de una brújula. En este punto, los
viajes y las correspondencias son hechas entre reinos superiores e inferiores.
La comunicación de los reinos inferiores puede ascender a los superiores y las
bendiciones de estos reinos superiores pueden descender a los inferiores y
diseminarse por todos ellos. Este espacio funciona como ombligo y punto de
partida del mundo.
El Axis mundi aparece en muchas regiones del mundo adoptando
diversas formas. La imagen es a la vez femenina y masculina. Puede tener la
forma de algo natural (una montaña, un árbol, una columna de humo o fuego, una
parra, un tallo) o de un producto de manufactura humana (una torre, una
escalera, un pilar, una cruz, un campanario, una cuerda, una aguja). La imagen
aparece tanto en contextos religiosos como seculares. El símbolo puede
encontrarse en culturas chamánicas o basadas en creencias animistas, en las
principales religiones del mundo y en civilizaciones urbanas tecnológicamente
avanzadas. En palabras de Mircea Eliade, "todo microcosmos, toda región
inhabitada, tiene un centro; esto es, un lugar que es sagrado por encima de
todo".
El símbolo se origina en una universal y natural percepción
psicológica: que el lugar que uno ocupa se sitúa en "el centro del
mundo". Este espacio sirve de microcosmos ordenador porque es conocido y
está asentado. Fuera de los límites del microcosmos, se encuentran reinos extranjeros
que, por ser desconocidos y desordenados, representan el caos, la muerte y la
noche. Desde el centro uno puede aventurarse hacia cualquiera de los cuatro
puntos cardinales, hacer descubrimientos y establecer nuevos centros que pasan
a ser nuevos reinos conocidos y asentados.
Dentro del universo central conocido, un lugar específico --a
menudo una montaña u otro lugar elevado, un sitio donde cielo y tierra están
más cercanos-- tiene el estatus de centro del centro, el axis mundi. Las altas
montañas son típicamente vistas como sagradas por las gentes que viven cerca de
ellas. En las cumbres o en las bases de estas montañas a menudo fueron
levantados santuarios.
La montaña más alta de Japón, el Monte Fuji, desde hace
tiempo a simbolizado el eje del mundo en la cultura japonesa. Las montañas
Kunlun han desempeñado un papel similar en China. Para los antiguos hebreos, el
Monte Sion representó este símbolo. Las creencias de los Sioux tomaron Black
Hills como axis mundi. El Kailāsh es sagrado para el Hinduísmo y varias
religiones del Tibet. Los pitjantjatjara de Australia consideran al Uluru un
elemento central de su mundo y su cultura. En la antigua Mesopotamia, los
sumerios y los babilonios construyeron montañas artificiales llamadas zigurats
que fueron consideradas las moradas de los dioses. Las culturas precolombinas
de México también erigieron grandes pirámides con escaleras que conducían al
cielo. La escalera de Jacob es una imagen del axis mundi, tal como lo es el
Monte del Templo. Entre los cristianos, este símbolo está expresado en la cruz
situada en el Monte Calvario. Monasterios de todas las religiones tienden, como
los santuarios, a ser ubicados en puntos elevados.
La toponimia, el nombre de los elementos geográficos de un
país o región son muy significativos, pues se ha comprobado que dichos nombres
muchas veces no han sido cambiados a través de la sucesivas migraciones e
invasiones históricas, manteniéndose así como testigos lingüísticos fosilizados
de su ancestral denominación por los pobladores primitivos.
De esta forma han llegado a nosotros existencia de estos
Axis-mundi, una especie de ombligo del planeta, un cordón umbilical entre cielo
y tierra. Como curiosidad el lugar de culto religioso más antiguo del mundo s
IX a.c. se ha encontrado en Gobkli Tepe, que significa en turco “ la colina del
ombligo”, o la isla de Pascua denominada por los nativos “ el ombligo del mundo”
incluso Cuzco que viene de “cosco”= ombligo
en idioma indígena.
Porque
la mitología nos regala grandes señales para entender, y tenía la creencia de
que en determinados puntos se producía con frecuencia una serie de subidas y
bajadas de “personal” entre tierra y cielo.
Asimismo se asocian esos centros
del mundo con el infierno. Pero hay que aclarar que infierno es una palabra
relativamente moderna, traducción del griego “ínferos”, que significa subterráneo,
y en absoluto tenía la connotación penitenciaria ni demoniaca que tiene ahora.
Significaba que estaba en el interior de la tierra, en general dentro de una
montaña. Por eso en muchas tradiciones el “ infierno” y la puerta del cielo
estaban comunicados y por ese eje se hacía el pasaje de una región cósmica a
otra.