miércoles, 13 de abril de 2011

Los cambios.


Cada día nos enfrentamos de la misma manera al reto de levantarnos, aferrándonos a la rutina. Hacemos lo mismo de la misma manera, como si de un baile se tratara, seguimos los pasos para que tenga armonía. ¿Por qué nos supone un reto cambiar esa rutina?, que nos hace sentirnos seguros repitiendo los mimos ritos, supongo que el miedo, miedo a todo aquello que no controlamos, miedo a lo desconocido, a nuestras limitaciones y desconocimiento de nosotros mismos, miedo a ser valientes y romper moldes.

Si algo he aprendido en estos años de autoconocimiento, es que cuanto más nos aferramos a la rutina y al control, la vida más nos demuestra que tenemos que soltar, y cambiar de perspectivas. Replantearse nuestros valores, nuestros sistemas de creencias.

Valorar lo nuevo como una ventana a infinidad de posibilidades.

Nos han vendido la sociedad del bien-estar, cuando realmente es la sociedad del más-tener, nos vendemos constantemente a empresas que solo buscan su enriquecimiento haciéndonos creer que necesitamos todo lo que venden, nos enferman para luego vendernos salud, nos convencen de incultos para que busquemos cultura, nos martillean con la posibilidad de que nuestros hijos tengan lo que nosotros no hemos tenido, que realmente es innecesario, nos nublan la vista con ansias de felicidad y lo que conseguimos es más ansiedad, estrés, cansancio, apatía, y depresiones.

Hemos alcanzado la máxima rutina, la de ser borregos todos los días, nos ponen a funcionar y sin parar a pensar lo hacemos automáticamente, pero ¡qué suerte tenemos ¡, ahora podemos irnos de vacaciones para tener unos momentos de asueto y olvidarnos de este cochino mundo donde nos hacen sentirnos esclavos sin posibilidad de libertad, porque la hemos vendido por letras que nos cobran mes a mes, sin oportunidad de extinción siempre hay otras esperándonos a la vuelta de la esquina. Pero que suerte tenemos un coche aunque eso suponga dejarnos un riñón en gasolina. Pero que felices somos tenemos trabajo aunque nuestro jefe nos chupe la sangre, nos ningunee, nos baje el sueldo para que la empresa no cierre, pero el siga ganando a espuertas y llevándose el dinero a un paraíso fiscal.

¡Pero que suerte tenemos¡, por eso ves cada mañana a todos aferrados a su rutina, con caras de vinagre y esperando un milagro, se dirigen a su… bueno supongamos trabajo para poder realizarse y seguir siendo felices.

Pues desde aquí os habla una que no tiene suerte, porque simplemente me gustan los cambios, no voy a negar que algún habito tengo. Pero todos los días intento que algo diferente cambie mi vida, me reinvento cada vez que lo necesito, y me desprendo de todo aquello que me hace tener suerte, porque quiero ser desafortunada, quiero que mi fortuna sea no tener y si ser.

Me gustan los cambios y no esa sensación que me acompaña día a día de que nada cambia, de que todo sigue igual cuando el tiempo de espera se agota, y solo nos queda algo que hacer ¡CAMBIAR¡.

8 comentarios:

  1. ¡ GRAN VERDAD ES TODO !
    PERO NO TE OLVIDES DE UNA COSA A ESO NOS HEMOS APUNTADO NOSOTROS SOLITOS
    YA SIN ESA RUTINA NO SOMOS CAPACES DE ENTENDER LA VIDA HAN SIDO TANTO AÑOS DE CONTROL MENTAL PARA HACERNOS CAER QUE ES COMO LA DROGA ...CUESTA SALIR ...PERO SE PUEDE
    UN BESO AMIGA

    ResponderEliminar
  2. Si señora a sí se habla¡¡ cuanta razón tienes, ansias,si es que venden y compramos con ansia.
    me gusta mucho tu espiritu, muak!!


    y otro besote

    ResponderEliminar
  3. Que elegimos para brindar Jinquer.
    En todo caso chin, chin.
    Un brazo.

    ResponderEliminar
  4. Esa es la madre del cordero, querer, ejercer nuestra voluntad. Querer es poder.
    Un beso amigo.

    ResponderEliminar
  5. Gracias navegante, el ansia aparece como respuesta a todas nuestras fustraciones.
    Un besote.

    ResponderEliminar
  6. Me encantó sobre el final, y te digo es (al menos para mi) tan difícil, hago cuanto puedo pero claro, son los miedos los que a no lo apresan y quitan libertad, a lo que claro, se suma el ruido que hay en la propia cabeza en parte por las exigencias y modelos que "plantea la sociedad". Pero si algo tengo claro es que cueste lo que cueste, hay que tirar para adelante. Poco o mucho, siempre se ha de cambiar, conscientes o no, pero no hay como serlo. Porque se observa, se busca, se crece.

    Saludos, buen finde.

    ResponderEliminar
  7. Hola Gabriel,antes de leer tu comentario, te había dejado uno mío en tu entrada, allí te contesto a lo que dices, cambiar no es fácil pero se puede lo digo por experiencia, pero también te digo que siempre hay algo dentro una pequeña esencia que es intrinseca a nosotros que eso es lo que nos hace diferentes, y que hay que cambiar, solo eso que nos hace desgraciados o nos crea los fantasmas que no nos ayudan a seguir hacia delante.
    No te centres en lo que no puedes piensa en lo que sí puedes. Las metas cortas y posibles, la gran aspiración de cambio solo se consigue con tiempo y tiempo, y cuando te mires al espejo no veas lo que los demás proyectan de tí solo lo que tú quieras ver, un ser grande y especial.
    Adelante guerrero que el primer paso ya lo has dado.
    Un abrazo muy fuerte.

    ResponderEliminar