miércoles, 27 de julio de 2011

Avidez.

La peor consejera de nuestra vida, nos ciega y nos conduce a sentimientos de envidia, malevolencia, crueldad. Su sutil mecanismo que arraiga en la mente, nos enfoca al sufrimiento, al deseo incontrolable de consumir no solo cosas materiales, sino también emociones, sensaciones incluso personas.
Esta perversa tendencia de buscar cosas agradables y desechar las desagradables nos conducen a una inevitable adicción, en sus inmensas formas y niveles. Máxime con esa mórbida tendencia del ser humano a la insatisfacción.
Desear es humano pero no saber controlar esos impulsos de acumulación, apegos y necesidades nos hacen entrar en círculos que se retroalimentan, y acaban emponzoñando nuestra mente.
El máximo grado de avidez sería la codicia, con una desmesurada ansía de poseer, tener, conquistar, ganar, acumular. Uno de los mayores errores de la mente es el apego, el vínculo excesivo con cualquier cosa o emoción. Por lo tanto nos hace miedosos e insatisfechos con lo obtenido o poseído.
Cuando el buscador de su universo interior comienza a investigar la mente descubre que la misma tiene una tendencia a rechazar lo que es y a perseguir lo que no es, apreciar lo que es y aprender de ello para no impacientarse sobre lo que no es y crearse ansiedad.
Un antídoto para la avidez-apego es la generosidad, pero no la entendida como caridad, ni desprendimiento de lo sobrante, sino como un acto de amor sincero y real hacia los demás, demostrando gratitud.
“Nuestros deseos y nuestras aversiones son dos monos que viven en el árbol de nuestro corazón, mientras lo sacudan y zarandeen con sus brincos y sobresaltos, no puede haber reposo” (Yoga-Vashishtha).
Un cuento ilustra mejor que nada lo que os he contado: *** Un mendigo que vivía de la caridad hacia muchos años, un buen día se encontró con un viejo amigo, el cual estaba en muy buena posición, este al verle le ofreció ayuda, contándole que tenía un don, todo lo que tocaba lo convertía en oro, toco un ladrillo y le dijo con esto no necesitarás nada, pero el amigo mendigo le dijo.-la vida es tan larga, entonces eligió algo más grande y se lo ofreció pero el mendigo volvió a repetir.-la vida es tan larga, algo molesto le preguntó que quieres entonces, y muy tranquilo le contestó TU DEDO. (Os recuerda la leyenda del Rey Midas, bueno, los aprendizajes siempre son lo mismo).
FUENTE R. CALLE
MANDALA MIO.

2 comentarios:

  1. gurdjielff??
    el dibujo tiene una ensoñación al eneagrama.

    BWS

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  2. Jinquer, Has leido sobre gurdjielff y los enagramas, muy interesante tb.
    Es lo que tienen los mandalas nos hacen aflorar todos los conocimientos que tenemos procesados. Cuando hablo de las zonas oscuras de la mente, de nuestras compulsiones, a fin de cuentas hablo de como estamos programados.
    Besitos.

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