
Escuchar es tan importante como hablar, cada uno lo tiene más desarrollado dependiendo de su carácter, disponibilidad incluso capacidades, pero interactuar de manera sincera es fundamental para crecer como seres humanas, para conectar nuevas sipnasis neuronales para dejar de aborregarnos y sobre todo para no acabar no sabiendo usar el lenguaje.
Hace años llegó a mi vida una información que en su momento me sorprendió y con los años he ido conociendo y desarrollando la PNL, programación neurolinguistica, cuando supe de ella el hecho de ser programación me echó hacia atrás, todo lo que sea programar suena a someter, condicionar, pero como el lenguaje es rico en matices aprendí a enterder su matiz, vivimos en una sociedad muy programada, sometida por el lenguaje, un lenguaje que ha ido perdiendo sus raices, sus significados más profundos por ejemplo la palabra cínico, que cada cual investigue.
Necesitamos recuperar el lenguaje, comunicarnos con sentido, dejar de usar las palabras tendenciosas y llenas de maldad, y sustituirlas por las palabras que rebosen alma, amor y sobre todo nos conecten directamente con el corazón.
Las palabras tienen poder, desde que empezamos a comunicarnos con nuestras criaturas las usamos dependiendo que queramos conseguir, amenazantes, impositivas, limitantes, coercitivas, y de repente regalamos alguna con amor. Todos damos por sentado que nuestro padres nos quieren, no porque se desagan en alabanzas más bien porque nuestra mente nos autoengaña para poder sobrevivir en un mundo donde los adultos seguiremos comunicandonos como niños con miedo. No quiero destruir, o echar por tierra el amor de los mayores hacia sus hijos pero es necesario, obligatorio que cambiemos los patrones que aprendemos para comunicarnos con los futuros adultos de la sociedad que sustentará a la que ahora clamamos un cambio, que gritamos basta o que imploramos mejoras.
Cambiar la sociedad, el mundo no se puede hacer repitiendo constantemente lo que has hecho mal, lo que te ha llevado al problema, tienes que usar tus recursos para dar un giro, para elevar una espiral en la inmensidad de tu alma para que ascienda con los sueños que todos llevamos en nuestro inconsciente, los anhelos de algo que sabemos existe pero no encontramos, porque ya no es el momento de seguir buscando es el momento de dicir: " PARE QUE YO ME BAJO".
No voy a entrar en la demagogia, es el ahora, el aquí donde cada cual tiene que hacer limpieza, destartalar su casa, vaciarla, cuestionarlas, restructurarla, y vover a comenzar con lo que le valga para moverse y sentirse cómodo sin miedo.
Porque cada ser que habita esto que llamamos mundo es un microcosmos lleno de complejidades, de posibilidades,, pero mientras que en cada uno de nosotros no exista ni la más remota posibilidad de entenderlo, nunca, jamás esto será posible, CAMBIAR, y eso que las palabras nunca o simpre son conceptos muy absolutos e intento erradicarlos de mi lenguajes, pero ahora es importante usarlos porque nos trasmiten la dimensión del problema que nos acorrala y nos asfixia, dejar de ser humanos para ser borregos adoctrinados, miedosos y esclavos de la mano que nos alimenta.
"Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo". Alexei Tolstoi.
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