Simplemente pensamientos...

Los sucesos se concatenan, como si de un castillo de naipes habláramos, se ha empezado a caer.
Sueños rotos, esperanzas heladas, futuros inciertos, mañanas oscuros, el miedo corriendo por las venas, el odio fluyendo como manantial espontáneo.
Nos han encadenado a las propias cadenas que nos programaron cuando nacimos.
Unos pocos idearon un maquiavélico plan, para que el planeta fuera suyo, los seres sus esclavos. Conspiraciones lo llaman unos, otros se burlan diciendo que ni todo es tan malo y que de esto saldremos... claro que saldremos tocados, tocados por un sistema de sometimiento, esclavitud y lleno de miserias.
Unos gritaban lo que venía, lo contaban, lo mostraban, pero una masa obstinada, alienada donde el miedo era su mantra, el espectáculo su religión, y esperaban que los que crearon los problemas lo resolvieran, la llegada de un mesías que les devolviera lo que se les quitaba.
 Pero solo el mesías es uno mismo, desde su crecimiento de consciencia, desde su individualidad investigada, respetada podemos parar esto.
Unas mentes sicópatas y unos corazones avariciosos-codiciosos han creado un programa donde todos estamos jugando y respetando sus reglas, cuando el "game over" salga en la pantalla final será tarde para la humanidad, pero para unos pocos será la mejor jugada de su vida han conseguido lo perseguido someter a una humanidad que ante sus ojos han abusado, sometido, esclavidazo, exterminado, matado de hambre, consentido el abuso y expropiación de recursos de pueblos-países de hombres, mientras el resto mirábamos a otro lado disfrutando de nuestro bienestar, pero lo que ahora vivimos ya lo han pasado otros. Lo que ocurre que la caída duele más cuanto más alto estás en  la cadena tròfica.
Ojalá tuviera la solución que nos sirviera a todos, unos saldrán mejor parados, otros peor y la inmensa mayoría muy tocados.
Hace muchos años comencé el camino del autoconocimiento, y de lo que estoy segura es que desde el conocimiento, la consciencia, el desarrollo interior en definitiva desde la individualidad comprometida podremos avanzar hacia ese mundo que en el fondo de mi alma se que es posible pero mientras la banalidad, el espectáculo, lo trivial, lo superfluo, lo material, sea lo que nos dirija el final será el mismo, el miedo.
No es negatividad, ni oráculos pesimistas, es intentar mirar con otros sentidos lo que nos han puesto delante y evitamos por inmensas razones no escuchar y nos empecinamos en ver cuando lo esencial es escuchar, tocar, experimentar y saborear lo que la vida nos brinda y nos negamos a nosotros mismos.
No es cuestión de verdad, porque verdades hay muchas, ni de mentiras que son iguales que las verdades, y también hay muchas.

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