El cordón de plata.

Nuestros cuerpos son cárceles (aunque a veces nos guste estar en ellas) que nos limitan y nos mantienen presos en una realidad inventada, creada-modelada para ser fieles y mansos ante un premio material. Poseemos una mente que nos racionaliza y ayuda a elaborar teorías, pensamientos, ideas para entender y comprender un entorno que en muchas ocasiones se convierte en hostil y sinsentido.

Pero hoy vamos a ocuparnos del espíritu-alma, eso que nadie ha demostrado, todos han teorizado y porque no confesarlo albergamos la esperanza de tenerlo, aun siendo agnósticos, racionales, críticos o como nos queramos denominar, nos cuestionamos si somos más que un conjunto de células, órganos en definitiva materia.

Durante mi camino he leído, buscado, investigado, sobre el espíritu, incluso experimentado sensaciones extrañas o por lo menos difíciles de nombrar o racionalizar.

La búsqueda del espíritu se va apoderando poco a poco de tu razón, encuentra pequeñas fisuras donde se va colando esa necesidad de trascender de esperar algo más, sin llevarlo a un plano religioso, que no es mi caso, todas las religiones nos han capturado, esclavizado y dominado usando el espíritu como ancla para encontrar la redención de nuestros males o como premio a nuestros actos buenos (lo que ellos consideraban bueno). Al margen de esto el espíritu es algo más complejo de explicar, de intelectualizar porque de la única manera que podemos entender es con el lenguaje del corazón de lo más profundo que habita en nuestro ser conectándonos con la inmensidad del universo. De uno a todo.

Abandonemos nuestro cuerpo y viajemos con el espíritu, la ciencia busca los viajes en el tiempo, trasladarnos al espacio en largas distancia pero tienen que salvar las complicaciones de las limitaciones del plano físico, nuestro cuerpo. Visualicemos, sintamos que podemos abandonar nuestro cuerpo y hacer viajes, vaciar nuestra mente y conectarnos con algo más grande que lo conocido, llamémosle espacio, energía, inmensidad.

Hablemos de los viajes astrales, a lo largo de la historia de la humanidad, en las religiones, y practicas espirituales, se hace referencia a ellos, el perfeccionamiento se consigue con la meditación. Nos quedamos conectados a nuestro plano físico mediante el cordón de plata, nos une al cuerpo y nos mantiene vivos, si se rompiera nuestra vida como la entendemos finalizaría.

Experiencias extracorpóreas son muchos los que cuentan como han vivido esa sensación de ver cosas sin estar allí físicamente. Me atrevería a decir que casi todos hemos tenido alguna experiencia, la cuestión es si nos acordamos, porque nuestra parte racional lo explica echando mano de lo que mentalmente procesamos como normal, sueños, deja vu, etc. Lo difícil es hacerlo conscientemente, queriendo.

Crear un vínculo con el plano espiritual para poder abandonar el plano físico y así avanzar a otras experiencias donde elevaremos la consciencia y desarrollaremos el tercer ojo que nos abre a la sabiduría.

Vaciar nuestra mente, meditar, potenciar nuestros chakras (canales energéticos), abrir el tercer ojo, y viajar…solos en el silencio de nuestro avanzar.

Os recomiendo un libro “El cordón de plata “L. Rampa. He extraído este cuento que incluye con otros muchos datos muy interesantes, narra su autobiografía junto con otros libros también muy ilustrativos, abre tus puertas a otra consciencia, a entender lo no explicado y a experimentar lo ocultado.

¡Disfrutadlo!

"Hubo una época en que la Verdad era privilegio de la gente simple, tan desnuda como la Verdad. Cualquiera que viera la Verdad se apartaba con temor o con vergüenza, porque no podían mirarla a la cara. La Verdad deambula­ba entre la gente de la tierra; mal recibida, desairada, e indeseable. Un día, sola y sin amigos, se encontró con Parábola deslizándose feliz, vestida de corto, con ropas de muchos colores. Verdad, ¿por qué vas tan triste, tan despreciada? ‘le preguntó con una alegre sonrisa. Porque soy tan vieja y tan fea que la gente me huye dijo la Verdad acongojada. Tonterías río Parábola, no es ésa la razón por la que la gente te evita. Te prestaré algunas de mis ropas, mézclate con la gente y verás lo que su­cede’. Así, la Verdad se adornó con algunas de las pren­das más lindas de Parábola y dondequiera que iba era bien recibida.”

“El cordón de plata” L. Rampa

Esta entrada se la dedico a esas personas que se merecen algo especial y que se cruzan en nuestro camino.