¿Y tú hasta donde estás dispuesto a SER?

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Desde lo más profundo de mí ser escribo sin pretensiones, ni expectativas, sin desear nada, solamente espero que en la inmensidad de un cielo lleno de nubes, con un sol brillante y un viento que mece las hojas, encuentre la manera de ser.

Hoy vamos a valorar la crisis económica que vive el mundo, al margen de teorías o conspiraciones, como una crisis existencial. Hemos dado el poder de nuestro ser a los vampiros que chupan nuestra sangre buscando alimentarse de nuestros deseos, apegos, necesidades y aspiraciones. Retroalimentamos un sistema que nos hace no ser. Hemos sido capaces de entregar nuestra esencia más profunda, la dignidad, por un puñado de monedas, por cosas que no necesitamos y que si pensamos que nos harán más felices.

Llevo mucho tiempo dando vueltas a esta idea, enfocar un problema que es como una losa que nos hunde cada vez más en el fango de las miserias. Mires a donde mires, busques donde quieras siempre encuentras lo mismo crecer económicamente, unos de forma sostenible, otros con cambios en el consumo pero en definitiva crecer como impulso para que todos podamos disfrutar de todo lo que se produce a costa de otros muchos que solo quieren imitar al mal llamado primer mundo. No voy a entrar en especulaciones. Solo lanzo esta pregunta.

¿Es nuestra identidad reflejo de lo que tenemos- poseemos? Supongo que esta afirmación en lo tiempos que corren es obvia. Nos medimos por lo que tenemos o aspiramos a tener. Nos juzgamos-valoramos por tener no ser. Cuantas veces expresamos soy carpintero, soy mecánico, soy médico, soy… aunque creo que la expresión sería trabajo de… porque yo no soy eso, formará parte de mi vida, será una parte importante si existe vocación aunque personalmente creo que toda vocación finaliza cuando se trabaja por un sueldo, pero al margen de la puntualización, el trabajo nos da un status, unos ingresos, poder, puede darnos placer, relaciones sociales pero nunca nos da ser.

Cuando decimos tengo una casa, un coche, me voy de vacaciones, tengo un… nos limitamos a tener sin entender que por mucho tener, no somos.

Ser es sentir en cada poro, en cada instante la magnífica sensación de fluir, de que nada ni nadie puedan alterar un equilibrio que encuentras en el silencio.

Ser es repensar desde otro punto, usar de otra forma una mente entrenada y adiestrada para pensar, pensar, discutir, pensar, volver a pensar y…no cambiar.

Ser es ahora, no mañana, no fue, no quizás quiero o necesito.

Ser es escuchar tus latidos al compás de la respiración rítmica de un cuerpo en reposo y una mente callada.

Ser son todas las elecciones que te llevan a sentirte en paz, serena y sin deudas pendientes con el mundo.

Ser es entender unos acontecimientos que necesitamos para crecer.

Ser es sentir indiferencia hacia muchos, ignorar a otros y no odiar a nadie.

Ser es ese rumor de trinos, soplos, soles, nubes y hojas que se mecen para formar la sintonía de serenidad que un alma necesita para avanzar en la guerra de los cuerpos buscando su identidad.

Ser es cuando te entregas sin miedo, sin apego, sin dudas, sin expectativas.

Ser es no atiborrarse de personas, cosas, emociones.

En definitiva ser es eso que no hacemos mientras solo queremos tener.

¿Estamos preparados para un mundo sin tanto? sin consumo, sin riquezas, sin poseer con avidez todo lo susceptible de ser comprado, estamos preparados para carecer, para vivir con lo mínimo, para no necesitar más. Estamos preparados para vivir en un mundo diferente al que tenemos, en equilibrio entre lo que gastamos y aportamos, estamos preparados para no desear lo ajeno, o esperar a tener lo del otro. Estamos preparados para desterrar de nuestras vidas el concepto poderoso-rico-dirigente, o es quizás a lo que aspiran la inmensa mayoría. Sabemos usar la palabra ser, o es mejor soy=a tengo. Cuantas personas conocéis que hablen de si mismos usando en la conversación palabras como tengo, necesito, quiero, deseo, aspiro… Cuantas personas conocéis que hablen de si mismos generalizando, mencionando al vecino, al colega o a fulanito, pero no hablan de su experiencia, de sus profundidades con sinceridad, honestidad, claridad.

Dicen que no es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita.

Quizás, quien sabe esa es la cuestión para no dar más poder a los mezquinos, avariciosos y tiranos.

¿Y tú hasta donde estás dispuesto a SER?